miércoles, 8 de agosto de 2007

La mejor ‘fábrica’ de jugadores del sur de Madrid


CLUB BALONCESTO FUENLABRADA
aula.el-mundo.es
27 de marzode 2001

Ni Real Madrid, ni Estudiantes. En el sur de esta Comunidad, el que manda es el C. B. Fuenlabrada. Fundado en 1983, este club ha hecho ‘la machada’ de colocarse, en menos de dos décadas, entre los grandes del baloncesto nacional. ¿El secreto de su éxito? Trabajo, trabajo y más trabajo. Desde lo más alto hasta la base. Es decir, desde el primer equipo hasta la cantera. Por eso, el Fuenlabrada se ha convertido en un inagotable vivero de nuevos valores del deporte de la canasta.


GEMA G. MARCOS
Lo mismo que un gran edificio ha de tener una buena base para mantenerse en pie por los siglos de los siglos, cualquier equipo que se precie debe asentarse sobre una cantera bien cimentada que le asegure su futuro. Esto lo saben muy bien en el Club Baloncesto Fuenlabrada. Por eso, sus directivos y su cuerpo técnico han apostado tan fuerte por las nuevas generaciones.
La cantera de este conjunto madrileño está divida en tres categorías principales: masculina -agrupados en el Maná Fuenlabrada- , femenina y la escuela de de minibasket.



En total, son cerca de una veintena de equipos en los que se forman deportivamente a las nuevas figuras del deporte de la canasta nacional.
Julián Aranda, responsable de los canteranos masculinos y cofundador del club junto a Miguel Angel Hernández, explica que “los chicos entrenan cuatro días a la semana y realizan sesiones físicas y técnicas”.

¿Cómo llegan hasta el Maná estos diamantes en bruto? “Algunos -cuenta Aranda- son reclutados por nuestros ojeadores que recorren las canchas y colegios del sur. Esta es nuestra zona de acción y, aunque no hay nada por escrito, existe un acuerdo tácito con Estudiantes y Real Madrid, para que respeten nuestro territorio”. Vamos, que las jóvenes promesas que juegan “de Atocha para abajo” suelen recalar en la cantera del Fuenla, que se ha convertido en el primer referente baloncestístico del sur de la Comunidad madrileña. A no ser, eso sí, que llamen demasiado la atención -como le ocurrió a ese gigantón llamado Roberto Dueñas- y algún cazatalentos azulgrana o merengue lo fiche.



A sus 17 años, y con 1,98 centímetros de estatura, Alfonso Grande es uno de los jugadores con más futuro del Maná Fuenlabrada. Al igual que el resto de sus compañeros, este alumno de cuarto de ESO saca “el tiempo de donde no lo hay para poder jugar al baloncesto y para entrenar los niños de la escuela”. El lo tiene muy claro: “Quiero llegar a lo más alto que pueda en este deporte”.
Un sueño, el de Alfonso, que comparten todos los chicos y chicas que forman parte de las categorías inferiores de este club. Pero, mientras llegue el momento de ver si se hace realidad, tendrán que seguir entrenando duro y... ¡seguir tirando de abono transportes!





Tutorías.
Canastas en la cancha y sobresalientes en las aulas.



G. G. M.

El Fuenlabrada es un club especial. A los técnicos de la cantera no les basta con que sus chicos y chicas metan canastas, además tienen que sacar buenas notas. Así que para controlar que los canteranos no se despisten en clase, los entrenadores se encargan de recolectar las notas de cada evaluación e, incluso, sacan una clasificación con las calificaciones más brillantes.
Eso en el mejor de los casos. Porque también se dan situaciones en las que, por diferentes causas, algunos de los jóvenes del Fuenla no destacan por sus buenos resultados académicos, precisamente. En esos momentos de crisis entra en juego el tutor del equipo, Manuel Martín, que también es entrenador. Esta figura, totalmente innovadora en el baloncesto nacional, se encarga de ayudar a las promesas del equipo a hacer los deberes y mejorar en las asignaturas en las que van más flojillos.



Invencibles en la zona.
Se acabaron los larguiruchos quebradizos. Lo que se impone en el baloncesto actual es una preparación física integral que pasa, necesariamente, por muchas horas de ‘machaque’ en el gimnasio. Y eso lo saben muy bien en el C. B. Fuenlabrada.
Por esta razón, todos los equipos que integran su cantera cuentan con un preparador físico que hace que estas jóvenes promesas suden la gota gorda. En tres sesiones semanales, los técnicos se encargan de trabajar a fondo los músculos de estos chicos antes de que salten a la cancha para entrenar con el balón. Porque, aunque a algunos no les haga demasiada gracia eso de las mancuernas, el gimnasio es un requisito indispensable para triunfar.

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