miércoles, 8 de agosto de 2007

KHALIL GIBRAN



aula.el-mundo.es
20 de abril de 2004

Una escuela de baloncesto que sirve para la vida.

La del Khalil Gibran (un centro de Fuenlabrada) es una Escuela de Baloncesto peculiar porque en ella no se tienen en cuenta ni los resultados ni la clasificación final. Y es así porque Rogelio García y David Gómez se han propuesto hacer de este deporte un valor educativo que enseñe a hacer amigos, a respetar, a participar y a saber perder tanto como saber ganar. Así llevan, nada menos, que 10 años .

Disfrutan como enanos viendo a los chavales crecer dentro de las canchas de baloncesto. Eso les compensa todo el esfuerzo, las horas y la dedicación que le ponen a formar gente sana, con sentido del compañerismo y deportista. José Rogelio García González y David Gómez de La Fuente, ambos entrenadores de la escuela de baloncesto del colegio Khalil Gibran de Fuenlabrada, tienen claro que lo más importante de su trabajo es eso, educar en la tolerancia y en el espíritu deportivo.

“Nuestra filosofía no se basa en los resultados, ni nos fijamos en ellos porque lo que realmente nos importa es que los chicos participen, jueguen, se diviertan y hagan amigos; la clasificación es un tema del que no nos preocupamos”, explica Rogelio, de los dos entrenadores el más veterano. Él lleva 10 años al frente de los equipos del colegio y ha visto cómo los benjamines de entonces entrenan hoy a los benjamines de ahora. “Este año tenemos ocho equipos y alrededor de 100 chicos jugando, con lo que hemos tenido que pedir a algunos juveniles que nos echen una mano; así, los más pequeños se ven reflejados en ellos y saben que algún día pueden estar ellos en su lugar; estamos orgullosos de haber llegado hasta aquí porque el primer año que comenzamos con todo esto fue muy duro; menos mal que los padres se implicaron muchísimo”, comenta. Tal es el éxito, que algunos de esos equipo están saturados de jugadores.

David lleva tres años en el colegio y además de entrenador de baloncesto, también es el profesor de Educación Física. En sus clases, este deporte es una parte obligatoria de la asignatura. “Nosotros luchamos contra el fútbol a nuestra manera porque creemos que el balonceso, por sus características, es un deporte bueno para los chicos; además, en Fuenlabrada hay mucha afición, tenemos el equipo de la localidad jugando en la ACB y eso motiva mucho a los chavales”, explica el profesor de gimnasia.

Esa afición se hace patente en los casi 90 alumnos del colegio (son 450) que todos los lunes, miércoles y viernes, tras las clases y hasta las 7.30 de la tarde, se trasladan al pabellón del centro para practicar su deporte favorito.

Más cosas.

CLASIFICACIÓN. Aunque ni David ni Rogelio tienen mucho interés por saber cómo van los equipos en la clasificación general (se enteran cuando les llaman para darles los trofeos a final de temporada), lo cierto es que nadie puede quejarse. Deportivamente hablando, el Khalil Gibran puede sentirse orgulloso de mantener a la mayoría de sus combinados entre los cuatro primeros puestos de cada categoría.
COMO ASIGNATURA. En el Khalil Gibran de Fuenlabrada, el baloncesto es el deporte que más se potencia. Y comienzan a hacerlo desde las clases de Educación Física donde David se encarga de ir aficionando a los alumnos desde pequeños. “Salvando las diferencias, intentamos hacer lo mismo que hace el Estudiantes con sus jugadores, mantenerlos y formarlos para que nunca pierdan el vínculo”, explica Rogelio.
DAVID. Es madridista, le encanta el baloncesto (como era de esperar) y el 70% de su tiempo en un día normal lo dedica al deporte. No sólo eso, lo poco que puede ver por televisión es también deporte. Eso y ver a los más jóvenes disfrutar mientras juegan al baloncesto, es lo que más le gusta en el mundo.
ROGELIO. Otro forofo del baloncesto, sin duda. Al igual que David, Rogelio sigue jugando. Lo hace en un equipo cuyos jugadores se conocen desde hace 30 años, nada menos. Y, como es de suponer, sus intenciones no son ganar o competir, sino mantener el contacto y los vínculos afectivos con sus amigos y compañeros de equipo y hacer deporte.

El Khalil Gibran y el Fuenlabrada, unidos para crear afición y cantera entre los más jóvenes.

El Khalil Gibran y el equipo de baloncesto del Fuenlabrada tienen muchos acuerdos para fomentar este deporte. Por ejemplo, el centro cede su pabellón al club para que entrene a dos equipos; a cambio, se lleva aquellos jugadores de la cantera que más destacan.
Además, todos los años, hacia mayo, un jugador del equipo de la ACB se reúne con los chavales, responde a sus preguntas, les firma autógrafos y Rogelio y David, los entrenadores, aprovechan para entregarles una medalla a cada jugador como reconocimiento a su esfuerzo, independientemente del resultado.
Pero ahí no queda la cosa, porque el Khalil Gibran organiza todos los años, desde hace varios, un torneo al que invita a colegios de la zona. Los trofeos que se entregan los cede el Fuenlabrada. Todo esto, sin contar que cada vez que juega el equipo de la ACB en casa, se reparten entradas entre los chicos.
David Gómez de La Fuente, el profesor de Educación Física y también entrenador, trabajó en su día con la cantera del Fuenlabrada, así que el contacto entre centro y club es fluido.

La cantera.

De la Escuela de Baloncesto del Khalil Gibran salen los futuros jugadores del Fuenlabrada, el mismo que juega en la ACB. Tanto es así, que cuando un jugador les gusta, se lo llevan para formarlo entre sus filas. A cambio, el equipo del ‘cole’ recibe jugadores para compensar sus filas.
Este año, sin ir más lejos, el Fuenlabrada se ha llevado a dos benjamines y a dos alevines. Otra curiosidad importante: la mayoría de los jugadores del equipo cadete están jugando este año al baloncesto por primera vez.


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