miércoles, 8 de agosto de 2007

Historia de nuestro Club











Los inicios.

Club creado en 1983 por Miguel Angel Hernandez , Julian Aranda, Manuel Antolinez y otros más, simultáneamente con el Patronato Municipal de Deportes de Fuenlabrada. Tras dos años en la liga local, en el año 1985, logra el ascenso a la competición federada.

Maná Fuenlabrada.

En la temporada 1986 se consigue el patrocinio de la Cafetería Maná, la cual supone una inyección económica muy importante para el club. Aunque la cafetería desapareció se sigue usando el nombre en los equipos de la cantera como homenaje a este patrocinador. En aquellos años se jugaba en las pistas del Colegio Público San Esteban.

En la temporada 86-87, el club se inscribe en la Segunda Division Autonómica, y está apunto de conseguir el ascenso, pero en los play-offs le pasa factura su inexperiencia y acaban fracasando en su primer intento. Sin embargo, en la siguiente temporada conseguirían ascender a la Primera División Autonómica. En ésta categoría permanecerá dos temporadas, 88-89 y 89-90, sin conseguir el ascenso a la Segunda División Nacional.
En el año 1989 el club cambia su nombre por A. D. Fuenlabrada. Además el equipo se traslada al gimnasio del Colegio Público Miguel Hernandez.

Baloncesto Fuenlabrada crece.

Durante los años 90 se producen dos grandes acontecimientos:
En la temporada 1991-1992 se fusiona con el Club Baloncesto Fuenlabrada Femenino que fundó Antonio Herrera. Se pasa a llamar Club Baloncesto Fuenlabrada. Bajo la dirección técnica de Armando Polo, Juan Antonio Jimenez como presidente y Ricardo Luis Izquierdo como gerente, se da un salto más adelante y se juega en Segunda División Nacional, consiguiendo además que el club tenga equipos de formación, y al término de esta temporada era de un número de cuatro.
En la temporada 1992-1993 con el mandato del presidente Juan Antonio Jimenez y con la incorporación como vicepresidente de Fernando Polaina, se profesionaliza el Club al mismo tiempo que se fusiona con el Club Baloncesto Torrejon de Ardoz, consiguiendo participar en la Liga de Primera Divisisn y que dirige Jose Luis Ortiz.

Fuenlabrada en la ACB.

En la temporada 1993-1994 el club se fija el objetivo de ascender a ACB sin conseguirlo en esa temporada. Por la reestructuración que sufre la FEB, el equipo juega en la liga EBA. Dos ilustres jugadores formaban parte de la plantilla: Roberto Dueñas descubierto por Nino, un gran entrenador de las escuelas fuenlabreñas, y Oscar Quintana. Este mismo año el Maná-Fuenlabrada asciende a Segunda División Nacional, con Oscar Quintana en el banquillo.

En temporada 1995-1996, Martin Fariñas se ocupa del banquillo, y realiza una excelente fase regular de liga, acabando este fase en primera posición. Pero en la fase final, las lesiones y la inexperiencia acaban por frustrar el objetivo del ascenso. Aun así, y debido a la desaparición del Club Peñas Recreativas de Huesca a causa de motivos económicos, decide disponer la venta del club, y con la mediación de la liga ACB, se vende al Ayuntamiento de Fuenlabrada la franquicia y su plaza en la ACB. Por estos derechos y la franquicia el Ayuntamiento abona una cifra próxima a los 400 millones de pesetas. El Fuenlabrada es equipo ACB en la temporada 1996-1997 por primera vez.
El equipo hace una gran inversión en jugadores, tanto nacionales como Joe Alonso o el jovencísimo Salvador Guardia, como extranjeros Ken Bannister. Aun así, el equipo cesa a Martin Fariñas por los malos resultados y toma su lugar en el banquillo el desconocido hasta entonces Óscar Quintana que solo se quedará en el banquillo temporalmente hasta que Andreu Casadevall trata de manera infrutuosa de sacar al equipo de los puestos de descenso a la LEB. Durante la temporada 1997-1998 el Fuenlabrada vuelve a jugar en LEB



La época «Quintana-Perasovic».

Es en la temporada 1997-1998, jugando en el LEB donde el Fuenlabrada, donde se construye un tamdem que durará casi 6 años y que formará la espina dorsal de la plantilla del Fuenlabrada. En el banquillo se sentará ese año Oscar Quintana que venia de entrenar a las categorías inferiores del club, y tomando el relevo de Andreu Casadevall. A la vez se incorporará un alero excepcional llamado Velimir Perasovic que procedía del Tau Vitoria. Otros nombre ilustres acompañan a estos dos, como son Ferrán López y de nuevo Salvador Guardia. Este año se proclama campeón de la Copa del Príncipe al imponerse al Inca, y más tarde acabará la fase regular en segunda posición. En los playoffs de ascenso, gana primero al Lucentum Alicante y luego en la final al Breogán de Lugo. Ambos partidos los gana por sendos 3-1 a favor de los madrileños. El Fuenlabrada asciende a ACB esta vez por méritos propios.

En su primer año en la ACB, el equipo se clasifica para los playoffs gracias a la aportación de jugadores como Nate Huffman, Carlos Cazorla, Ferrán López, Salvador Guardia y sobre todo la de Velimir Perasovic, que es el mejor anotador de la ACB en esa temporada.
En las tres temporadas siguientes, Perasovic se proclama de nuevo máximo anotador de la liga y el Jabones Pardo Fuenlabrada se clasifica de nuevo para los playoffs en las temporadas 2000-2001 y 2001-2002. En estas tres temporadas destacan David Wood, Chuck Kornegay, Fran Murcia, Pablo Prigioni y un jovencisimo Jose Manuel Calderón.


En la temporada 2002-2003 se produce la marcha del histórico Velimir Perasovic y de Jose Manuel Calderón, pero se produce la llegada de ilustres de la ACB como Francesc Solana y Richard Scott. Pero el fichaje que cambiará la temporada es el de un jugador argentino , desconocido entonces, llamado Walter Herrman. Pronto se convierte en la revelación de la temporada siendo el MVP, el MVP del All Star y el Máximo Anotador de la ACB, siendo traspasado al final de la temporada al Unicaja de Málaga.

Fin de una Época

Tras la marcha de Walter Herrman, y Jose Manuel Calderón, el equipo se ve obligado a una gran renovación. El equipo ficha a Javi Rodriguez prodecente del Breogán de Lugo, Hurl Beechum alero del desaparecido Cáceres C.B. que fue el mejor triplista del 2002-2003 y repesca a Salvador Guardia procedente del Baloncesto Granada donde fue repescado tras cortarle en el Caja San Fernando. Francesc Solana sigue como capitán, y en el banquillo se mantenía Óscar Quintana. Tras una de las temporadas más ajustadas que se recuerdan, el equipo desciende tras una gran remontada del Etosa Alicante en las últimas jornadas de liga regular. Tres jornadas antes, Óscar Quintana abandona el banquillo, dejando tras de si una gran polémica sobre su marcha.

Un año en el infierno.

En la temporada 2004-2005, el Fuenlabrada se encuentra en la tesitura de volver a montar un bloque que se desmorona. Mantiene a Ruben Quintana, Francesc Solana y Salvador Guardia. La renovación por tanto es total en el equipo donde se cambia de entrenador: Luis Casimiro, y se ficha a viejas glorias como Ferrán López y Paco Martin, como también a jóvenes promesas como a Ruben Quintana y Sergio Pérez "El Patas". Se completa la plantilla con jugadores con amplia experiencia LEB como son Tom Wideman, David Gil y Jorge Garcia. Durante este año, el Fuenlabrada, es el claro dominador de la temporada, líder de la liga regular, y campeón de la Copa Príncipe ante el IBB Menorca, por solo un punto, en Huesca. Meses después, tras asegurar el ascenso en una agónica eliminatoria contra el Huelva (consiguiendo la victoria definitiva en casa), esta final se reeditará, con la victoria del equipo madrileño otra vez por solo un punto, eso si, esta vez ante su afición.

Una temporada para soñar .

Una nueva temporada arranca. Se trata de la temporada 2005-2006. En este año, la directiva del club apuesta por un bloque ya consolidado en la liga LEB, con alguna cara nueva. Mantiene la confianza de Luis Casimiro, consolidado en la temporada pasada, y jugadores como Francesc Solana, Salvador Guardia, Ferrán López o Tom Wideman, que conforman la médula espinal del club durante la temporada anterior en LEB. También se mantuvo a un jugador que había sido crucial en LEB: David Gil. Julián Aranda, al comenzar el verano inicia la búsqueda de jugadores para el equipo, y contrata a un jugador muy joven que parece que tendrá un gran futuro: Saúl Blanco. Además se ficha a un desconocido jugador Letón Aigars Vitols, y consigue la cesión de Sergio Sánchez por parte del Estudiantes, jugador que defendió la camiseta del CB Huelva en la temporada pasada y que perdió en los cuartos de final contra el Fuenlabrada. Con otro americano, Norman Nolan, que finalmente sería despedido del equipo por su bajo rendimiento, y Danny Strong, completan la plantilla para este año. Tras un arranque de temporada muy negativo con 2 derrotas consecutivas, el equipo comienza a obtener victorias que le colocan entre los ocho primeros de la tabla. A mitad de la primera vuelta llegan algunos cambios en la plantilla, como son la salida de David Gil, y la rescisión de contrato de Norman Nolan, por su bajo rendimiento. En lugar de Nolan, se ficha a un desconocido, pero que ya había destacado en la universidad de North Carolina Jawad Williams.
Tras una primera vuelta que le sitúa 8º, entra dentro de puestos para jugar La Copa del Rey, con polémica incluida. La polémica fue provocada por la exclusión del Fuenlabrada para disputar La Copa del Rey de ese año, ya que no se le considera equipo anfitrión a pesar de pertenecer a la Comunidad de Madrid y tuvo que ceder su plaza al Real Madrid. Al finalizar la primera vuelta, entra el equipo en una tónica poco positiva y comienza una racha de derrotas, que sería enmendada poco después, con alguna victoria que otra. Como Jawad Williams no acababa de convencer, el club se trajo a otra promesa, Casey Calvary, alapivot australiano para finalizar la temporada, terminando el equipo la temporada en décimo lugar.


Una temporada de trámite.

La nueva temporada [[2006]-2007 empieza con una renovación bastante importante de la plantilla, aunque mantiene los pilares básicos de la anterior.

Curiosidades.

La mejor ‘fábrica’ de jugadores del sur de Madrid


CLUB BALONCESTO FUENLABRADA
aula.el-mundo.es
27 de marzode 2001

Ni Real Madrid, ni Estudiantes. En el sur de esta Comunidad, el que manda es el C. B. Fuenlabrada. Fundado en 1983, este club ha hecho ‘la machada’ de colocarse, en menos de dos décadas, entre los grandes del baloncesto nacional. ¿El secreto de su éxito? Trabajo, trabajo y más trabajo. Desde lo más alto hasta la base. Es decir, desde el primer equipo hasta la cantera. Por eso, el Fuenlabrada se ha convertido en un inagotable vivero de nuevos valores del deporte de la canasta.


GEMA G. MARCOS
Lo mismo que un gran edificio ha de tener una buena base para mantenerse en pie por los siglos de los siglos, cualquier equipo que se precie debe asentarse sobre una cantera bien cimentada que le asegure su futuro. Esto lo saben muy bien en el Club Baloncesto Fuenlabrada. Por eso, sus directivos y su cuerpo técnico han apostado tan fuerte por las nuevas generaciones.
La cantera de este conjunto madrileño está divida en tres categorías principales: masculina -agrupados en el Maná Fuenlabrada- , femenina y la escuela de de minibasket.



En total, son cerca de una veintena de equipos en los que se forman deportivamente a las nuevas figuras del deporte de la canasta nacional.
Julián Aranda, responsable de los canteranos masculinos y cofundador del club junto a Miguel Angel Hernández, explica que “los chicos entrenan cuatro días a la semana y realizan sesiones físicas y técnicas”.

¿Cómo llegan hasta el Maná estos diamantes en bruto? “Algunos -cuenta Aranda- son reclutados por nuestros ojeadores que recorren las canchas y colegios del sur. Esta es nuestra zona de acción y, aunque no hay nada por escrito, existe un acuerdo tácito con Estudiantes y Real Madrid, para que respeten nuestro territorio”. Vamos, que las jóvenes promesas que juegan “de Atocha para abajo” suelen recalar en la cantera del Fuenla, que se ha convertido en el primer referente baloncestístico del sur de la Comunidad madrileña. A no ser, eso sí, que llamen demasiado la atención -como le ocurrió a ese gigantón llamado Roberto Dueñas- y algún cazatalentos azulgrana o merengue lo fiche.



A sus 17 años, y con 1,98 centímetros de estatura, Alfonso Grande es uno de los jugadores con más futuro del Maná Fuenlabrada. Al igual que el resto de sus compañeros, este alumno de cuarto de ESO saca “el tiempo de donde no lo hay para poder jugar al baloncesto y para entrenar los niños de la escuela”. El lo tiene muy claro: “Quiero llegar a lo más alto que pueda en este deporte”.
Un sueño, el de Alfonso, que comparten todos los chicos y chicas que forman parte de las categorías inferiores de este club. Pero, mientras llegue el momento de ver si se hace realidad, tendrán que seguir entrenando duro y... ¡seguir tirando de abono transportes!





Tutorías.
Canastas en la cancha y sobresalientes en las aulas.



G. G. M.

El Fuenlabrada es un club especial. A los técnicos de la cantera no les basta con que sus chicos y chicas metan canastas, además tienen que sacar buenas notas. Así que para controlar que los canteranos no se despisten en clase, los entrenadores se encargan de recolectar las notas de cada evaluación e, incluso, sacan una clasificación con las calificaciones más brillantes.
Eso en el mejor de los casos. Porque también se dan situaciones en las que, por diferentes causas, algunos de los jóvenes del Fuenla no destacan por sus buenos resultados académicos, precisamente. En esos momentos de crisis entra en juego el tutor del equipo, Manuel Martín, que también es entrenador. Esta figura, totalmente innovadora en el baloncesto nacional, se encarga de ayudar a las promesas del equipo a hacer los deberes y mejorar en las asignaturas en las que van más flojillos.



Invencibles en la zona.
Se acabaron los larguiruchos quebradizos. Lo que se impone en el baloncesto actual es una preparación física integral que pasa, necesariamente, por muchas horas de ‘machaque’ en el gimnasio. Y eso lo saben muy bien en el C. B. Fuenlabrada.
Por esta razón, todos los equipos que integran su cantera cuentan con un preparador físico que hace que estas jóvenes promesas suden la gota gorda. En tres sesiones semanales, los técnicos se encargan de trabajar a fondo los músculos de estos chicos antes de que salten a la cancha para entrenar con el balón. Porque, aunque a algunos no les haga demasiada gracia eso de las mancuernas, el gimnasio es un requisito indispensable para triunfar.

KHALIL GIBRAN



aula.el-mundo.es
20 de abril de 2004

Una escuela de baloncesto que sirve para la vida.

La del Khalil Gibran (un centro de Fuenlabrada) es una Escuela de Baloncesto peculiar porque en ella no se tienen en cuenta ni los resultados ni la clasificación final. Y es así porque Rogelio García y David Gómez se han propuesto hacer de este deporte un valor educativo que enseñe a hacer amigos, a respetar, a participar y a saber perder tanto como saber ganar. Así llevan, nada menos, que 10 años .

Disfrutan como enanos viendo a los chavales crecer dentro de las canchas de baloncesto. Eso les compensa todo el esfuerzo, las horas y la dedicación que le ponen a formar gente sana, con sentido del compañerismo y deportista. José Rogelio García González y David Gómez de La Fuente, ambos entrenadores de la escuela de baloncesto del colegio Khalil Gibran de Fuenlabrada, tienen claro que lo más importante de su trabajo es eso, educar en la tolerancia y en el espíritu deportivo.

“Nuestra filosofía no se basa en los resultados, ni nos fijamos en ellos porque lo que realmente nos importa es que los chicos participen, jueguen, se diviertan y hagan amigos; la clasificación es un tema del que no nos preocupamos”, explica Rogelio, de los dos entrenadores el más veterano. Él lleva 10 años al frente de los equipos del colegio y ha visto cómo los benjamines de entonces entrenan hoy a los benjamines de ahora. “Este año tenemos ocho equipos y alrededor de 100 chicos jugando, con lo que hemos tenido que pedir a algunos juveniles que nos echen una mano; así, los más pequeños se ven reflejados en ellos y saben que algún día pueden estar ellos en su lugar; estamos orgullosos de haber llegado hasta aquí porque el primer año que comenzamos con todo esto fue muy duro; menos mal que los padres se implicaron muchísimo”, comenta. Tal es el éxito, que algunos de esos equipo están saturados de jugadores.

David lleva tres años en el colegio y además de entrenador de baloncesto, también es el profesor de Educación Física. En sus clases, este deporte es una parte obligatoria de la asignatura. “Nosotros luchamos contra el fútbol a nuestra manera porque creemos que el balonceso, por sus características, es un deporte bueno para los chicos; además, en Fuenlabrada hay mucha afición, tenemos el equipo de la localidad jugando en la ACB y eso motiva mucho a los chavales”, explica el profesor de gimnasia.

Esa afición se hace patente en los casi 90 alumnos del colegio (son 450) que todos los lunes, miércoles y viernes, tras las clases y hasta las 7.30 de la tarde, se trasladan al pabellón del centro para practicar su deporte favorito.

Más cosas.

CLASIFICACIÓN. Aunque ni David ni Rogelio tienen mucho interés por saber cómo van los equipos en la clasificación general (se enteran cuando les llaman para darles los trofeos a final de temporada), lo cierto es que nadie puede quejarse. Deportivamente hablando, el Khalil Gibran puede sentirse orgulloso de mantener a la mayoría de sus combinados entre los cuatro primeros puestos de cada categoría.
COMO ASIGNATURA. En el Khalil Gibran de Fuenlabrada, el baloncesto es el deporte que más se potencia. Y comienzan a hacerlo desde las clases de Educación Física donde David se encarga de ir aficionando a los alumnos desde pequeños. “Salvando las diferencias, intentamos hacer lo mismo que hace el Estudiantes con sus jugadores, mantenerlos y formarlos para que nunca pierdan el vínculo”, explica Rogelio.
DAVID. Es madridista, le encanta el baloncesto (como era de esperar) y el 70% de su tiempo en un día normal lo dedica al deporte. No sólo eso, lo poco que puede ver por televisión es también deporte. Eso y ver a los más jóvenes disfrutar mientras juegan al baloncesto, es lo que más le gusta en el mundo.
ROGELIO. Otro forofo del baloncesto, sin duda. Al igual que David, Rogelio sigue jugando. Lo hace en un equipo cuyos jugadores se conocen desde hace 30 años, nada menos. Y, como es de suponer, sus intenciones no son ganar o competir, sino mantener el contacto y los vínculos afectivos con sus amigos y compañeros de equipo y hacer deporte.

El Khalil Gibran y el Fuenlabrada, unidos para crear afición y cantera entre los más jóvenes.

El Khalil Gibran y el equipo de baloncesto del Fuenlabrada tienen muchos acuerdos para fomentar este deporte. Por ejemplo, el centro cede su pabellón al club para que entrene a dos equipos; a cambio, se lleva aquellos jugadores de la cantera que más destacan.
Además, todos los años, hacia mayo, un jugador del equipo de la ACB se reúne con los chavales, responde a sus preguntas, les firma autógrafos y Rogelio y David, los entrenadores, aprovechan para entregarles una medalla a cada jugador como reconocimiento a su esfuerzo, independientemente del resultado.
Pero ahí no queda la cosa, porque el Khalil Gibran organiza todos los años, desde hace varios, un torneo al que invita a colegios de la zona. Los trofeos que se entregan los cede el Fuenlabrada. Todo esto, sin contar que cada vez que juega el equipo de la ACB en casa, se reparten entradas entre los chicos.
David Gómez de La Fuente, el profesor de Educación Física y también entrenador, trabajó en su día con la cantera del Fuenlabrada, así que el contacto entre centro y club es fluido.

La cantera.

De la Escuela de Baloncesto del Khalil Gibran salen los futuros jugadores del Fuenlabrada, el mismo que juega en la ACB. Tanto es así, que cuando un jugador les gusta, se lo llevan para formarlo entre sus filas. A cambio, el equipo del ‘cole’ recibe jugadores para compensar sus filas.
Este año, sin ir más lejos, el Fuenlabrada se ha llevado a dos benjamines y a dos alevines. Otra curiosidad importante: la mayoría de los jugadores del equipo cadete están jugando este año al baloncesto por primera vez.